Llevo 11 años aprendiendo y trabajando en la cocina y cada vez me sorprendo mas. Hoy veo hacia atrás y recuerdo en que momento llegó este amor profundo y está conexión por la cocina. Fue en una crisis hace 12 años, vivía en Buenos Aires y estudiaba fotografía. En mi segundo año allá empece a tener desordenes alimenticios y llegue a sufrir anorexia. Fueron momentos dificiles y complejos… y un largo recorrido para recuperarme. Me tomo 5 años salir de ella y el mejor remedio o cura fue aprender a cocinar, sobre todo: a alimentarme. Comencé a estudiar e investigar que nutrientes y que bacterias me ayudarián a recuperarme y nunca pensé en que terminaría siendo mi profesión y menos que tendría un restaurante.
Ahora, que mejor momento para recordar el por qué hago esto, reactivar la CREATIVIDAD, ser consciente de la crisis actual, disfrutar de ella y sacarle provecho no solo para mi, si no para todos, porque cocinar no es solo para alimentarse, es el acto de compartir y eso no lo debemos olvidar.
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